Mi frase

A veces hay que pararse a pensar para poder seguir hacia delante.
Mikel Cabello

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Transparencia y participación ciudadana en el libro del Tao Te tsing

Cuando el Maestro gobierna,

la gente apenas percibe su existencia.

Inferior gobernante es aquel que es amado.

Inferior más aún el que es temido.

El peor, el despreciado.

Si no confías en la gente,

la gente pierde su confianza.

El Maestro no habla; actúa.

Cuando su tarea concluye,

la gente dice: “asombroso: ¡lo hicimos nosotros solos!”

Verso nº 17 del Tao Te Ching de Lao Tzu, probablemente escrito en el siglo VI a.c.

En este verso de 2.500 años de antigüedad se cuestionan asuntos como la propia necesidad de liderazgos personales o heróicos.

Pero en este verso también se habla de confianza mutua, de responsabilidad (cuando su tarea concluye) y de satisfacción (¡lo hicimos nosotros solos!)

Confianza que es la condición necesaria para aspirar a una participación de calidad. Confianza, que es imposible si no hay transparencia. Es la base necesaria para construir una forma de gobernar más participativa.

Responsabilidad que, como suele decir el filósofo Daniel Innerarity, es indelegable.

Y satisfacción, satisfacción de la ciudadanía.  El papel del líder no es otro que el de servir. Y eso no es otra cosa que identificar las necesidades legítimas de los demás y satisfacerlas. Pero como los recursos son limitados, se hace necesario priorizar y en consecuencia ayudar a priorizar.

 

"Nuevas reglas del juego en el mundo digital"

Este ha sido el título del 2º panel de la Master Class previa a la 16 conferencia de la EAPC celebrada en Madrid y organizada por Mas-consulting. En él participaron Ramón Salaverría, Sebastián Muriel, y Mario Tascón, cuyas exposiciones me han dado pie a las siguientes reflexiones personales y en clave de gobernanza democrática. Influencias del Instituto de Gobernanza Democrática.

Ramón Salaverría nos explicó varios de los cambios que ha supuesto el mundo digital para la comunicación en general y la política en particular. Cabe destacar que los medios de comunicación han tenido una posición relevante, casi de exclusividad, a la hora de generar opinión pública y en el mundo digital, este monopolio se ha venido abajo. La opinión pública, con mayúsculas, se está distanciando de la opinión publicada.

Existe una agenda, al margen de la oficial, en la que los ciudadanos pueden buscar información de su interés, sin contar con los medios de comunicación tradicionales. La gente tiene sus propias preferencias y tiene alternativas a los medios para buscar información relevante.

Hay otros elementos que han venido a incrementar la libertad del ciudadano a la hora de informarse. Ya no es necesaria la presencia en un determinado espacio físico para comunicarse  e internet, gracias a los móviles,  se ha convertido en un concepto ambiental que nos puede acompañar a todas partes.

Asimismo, los ritmos y los tiempos han cambiado y lo han hecho en dos sentidos opuestos. De una parte asistimos a una aceleración que raya la inmediatez (twitter,…), a la vez que el pasado está al alcance de un click en los buscadores (google,…). Finalmente, la hipertextualidad permite al usuario ir hilando su propio discurso, sin necesidad de leer el total del contenido puesto a su alcance.

Todo ello parece garantizar el contraste de opiniones en cualquier momento y lugar. Pero eso no es garantía de que ocurra. Tenemos más herramientas que nunca para la reflexión, sin embargo, sigue siendo necesario un cierto grado de disciplina para contrarrestar la tendencia natural a leer y dar por bueno todo aquello que nos da la razón.

Sebastián Muriel nos comentó que no son realmente nuevas reglas del juego. Es el propio juego el que es nuevo. Empresas como Telefónica, lanzaban un nuevo producto y tenían que enseñar a los usuarios como utilizarlos, para que estos, a su vez, modificasen sus hábitos. Ahora es justamente al revés: los productos se hacen a la medida de los hábitos de los usuarios.

A su vez, vivimos una época en la que el tiempo de atención es un bien muy escaso y que se dedica cada vez más a saber lo que ocurre en tiempo real. No hay tiempo para el análisis y todo se ha convertido en una red de confianza, donde el gran reto es conseguir información que sea relevante, de personas reales y en el momento adecuado. Estamos ante procesos de priorización que no están basados en el contraste real  y reflexivo de la información a nuestro alcance, sino en la credibilidad de nuestra fuente. “Cosas del directo”, que dirían los profesionales de la televisión.

Existe otro factor que la universalidad del mundo digital nos puede impedir apreciarlo. Internet es una experiencia social, que puede ser planetaria, pero en la que el aspecto local es muy importante. No ocurre dentro, nada que no esté ocurriendo realmente fuera. La gente y las cosas de nuestro entorno local, siguen siendo las que más nos importan.

Mario Tascón nos ha hablado de varios de los mitos que nos impiden ver lo que está pasando (“las redes sociales son algo de los adolescentes”, etc…). Estando de acuerdo con lo que dice y cómo lo dice, hay un mito que me resisto a creer que no sea verdad: “Esto es lo mismo que hasta ahora, lo diferente es la tecnología”.  La explicación que da es buena: “Estamos atrapados por conceptos antiguos a la hora de denominar cosas nuevas y eso nos puede llevar a creer que es los mismo, cuando no es exactamente así.”

La metáfora, la analogía, la comparación con algo conocido, es el mecanismo por el cual somos capaces de aprender nuevas cosas. No me queda otra que darle la razón: todo cambia y por lo tanto es nuevo. Sin embargo, sigo pensando que hay algo común y esencial entre las redes sociales digitales, y las redes sociales que ya existían antes de internet. Porque, haberlas, las había.

Otro elemento a valorar, es el riesgo de conocer antes las reacciones ante un hecho, que el propio hecho. Esto no es nuevo para los medios de comunicación tradicionales, donde en demasiadas ocasiones se ha publicado una reacción ante unas declaraciones, sin llegar a publicarse las mismas, ni antes ni después. Lo novedoso es la generalización del mismo en las redes sociales, con lo que ello puede suponer.

Termino con una cita de Vicente Verdú, mencionada por Mario Tascón: “Creíamos que la gente quería escuchar y hemos descubierto con sorpresa, que lo que quiere es hablar”. Me temo que, por lo tanto, se trata de aprender a escucharles.

Los 10 mandamientos de los chinos para montar un negocio

Con estos mandamientos, no es de extrañar que estén floreciendo cantidad de negocios regentados por personas de origen chino
1.    Elegir un buen sitio
2.    Empezar cuanto antes
3.    Sin apego al negocio. Si va mal, se cambia
4.    La competencia es sana
5.    No conformarse con un solo negocio
6.    Para trabajar, mejor contratar chinos
7.    Paga tus impuestos, aunque nadie se lo crea
8.    Dale al cliente lo que necesita, aunque no le entiendas
9.    No pedir jamás un préstamo a un banco
10.    Si el sector está saturado, buscar otro

Los nuevos procesos de participación

Una buena estrategia de comunicación política es aquella que,  sustentándose en la investigación y el análisis de las necesidades de los electores, consigue poner en boca del candidato lo que piensan sus votantes. Seguro que todos hemos tenido alguna vez la sensación de que un político expresaba lo que estábamos pensando, incluso mejor que nosotros mismos. Cuando esto sucede, se genera un vínculo de confianza que se puede ver refrendado si el político, además de decir lo que pensamos, hace lo que dice.

En otro tiempo, ser la voz del p ueblo, solía ser una razón suficiente para ganarse la confianza del elector. Eran tiempos de fuertes liderazgos individuales y de sociedades muy ideologizadas. Sin embargo, en las actuales democracias -más maduras-, se percibe un lógico escepticismo respecto a las palabras de los políticos y éstas se oyen con la cautela propia del que tiene a su alcance muchos más elementos de juicio.

Además, a tenor de lo que dice el filósofo Daniel Innerarity, “el escrutinio sistemático al que están sometidas las distintas políticas, está convirtiendo en insulso el discurso de los políticos”. Por lo tanto, nos encontramos en una situación en la que clase política está atenazada por lo “políticamente correcto”, en un momento en el que una sociedad cada vez más culta y preparada, demanda algo más que un discurso más o menos acertado.

Es más que posible, que esta demanda no sea otra que la mayor participación en los asuntos comunes, es decir en la política y más concretamente en los procesos democráticos de toma de decisiones. Así lo está entendiendo una gran parte de los políticos, que ha incluido la participación dentro de su catálogo de “imprescindibles”.

Hay un indudable salto cualitativo entre “dice lo que pienso” y “dice lo que le digo”. Esto hace sentir participe de verdad y el vínculo emocional es sensiblemente mayor. De hecho, es la mejor forma de ganarse el corazón de las personas y lograr su implicación y apoyo. Pero, por eso precisamente, el compromiso adquirido es mucho mayor y en consecuencia, el riesgo de defraudar también. Dicho así, parece que la participación fuera cosa de valientes,  pero nada más lejos de la realidad. No hay que tener ningún miedo a este tipo de procesos y hay que aceptar con cierta dosis de humildad, que un colectivo suele ser más inteligente que un individuo.

Eso no significa que no haya que tener en cuenta algunas consideraciones muy importantes, para evitar que el proceso participativo pueda acabar en un fiasco.

La primera tiene que ver con el tipo de cuestiones a dilucidar y los tiempos de los que se dispone. El experto en dirección de personas, Juan Luis Urcola, advierte que no hay un estilo de liderazgo bueno o malo, y que son las circunstancias las que requerirán que éste sea más o menos participativo. Dilucidar esta cuestión, es una responsabilidad del dirigente. Tan contraproducente es que un político, elegido democráticamente, gobierne aislado de la sociedad, como que esté continuamente dejando la solución de los problemas en el alero de los ciudadanos para que los resuelvan ellos.

La segunda es una obviedad: una vez lanzado un proceso participativo, hay que ser respetuoso con el resultado. De no serlo, el desencanto es mucho mayor que si no brindamos la oportunidad de participar. Además, en los tiempos que corren, este tipo de artimañas tienen muy poco recorrido. En definitiva, la participación no puede ser nunca una pose.

La tercera no es del todo “políticamente correcta”. No se puede pretender que nadie actúe en contra de sus propios intereses. Esto lo entiende todo el mundo en la esfera privada, pero llevado al mundo de la participación ciudadana, nadie se atrevería a reconocer que un proceso participativo, bien por la forma o bien por el fondo, puede ser perjudicial para el gobernante de turno. Esto es algo a tener muy en cuenta a la hora de plantearse cualquier proceso participativo.

El célebre “presupuesto participativo” instaurado por el partido de Lula Da Silva en Porto Alegre, fue el medio ideal para que la oposición introdujera sus “caballos de Troya” en las políticas del gobierno municipal y lograra la victoria en las siguientes elecciones de la mano de  José Fogaça. Lo hizo con el lema “Preservando conquistas. Construindo mudanças”, en clara alusión al mantenimiento del presupuesto participativo por ser una conquista de la democracia. Seguro que con alguna modificación para que no le pasara a él lo mismo y seguir ganando votos.

I Congreso de Comunicación Política de Cataluña. 1

Tras mi participación en el pasado primer Congreso de Comunicación Política de Cataluña no quisiera desaprovechar la ocasión para compartir las cosas que más me llamaron la atención. No pretendo hacer un resumen objetivo de lo que allí se dijo (los distintos ponentes son las únicas personas autorizadas a hacerlo), sino más bien reflejar los chispazos que, por un motivo u otro, me llamaron la atención. Los he hilado con una lógica personal, intentando que tenga un sentido al menos para mí.  Si al hacerlo me he desviado de lo que realmente querían decir los ponentes, no me queda otra que pedirles disculpas y apelar a su comprensión.

Daniel Ureña fue el encargado de romper el hielo y de enfrentarse a las primeras fechorías de la “bruja avería”, empeñada en llevarse un protagonismo que no le correspondía. Cosas del directo. En este caso, la percepción y la realidad coincidían plenamente.

En la exposición de su ponencia (El candidato, cómo construir su relato) nos contó, que si queremos influir en los medios de comunicación, tenemos que ser conscientes de que los periodistas son contadores de historias y en consecuencia, nos tendremos que adaptar a esta realidad.

A los periodistas les gusta que haya emociones, imágenes, que el mensaje sea muy simple y que, a poder ser, todo ello se adorne con cierta teatralidad y sentido del espectáculo.

Sin olvidarnos que lo principal es definir bien quién eres o incluso qué eres, ya que se trata de que la marca -el candidato-, tenga un buen posicionamiento. Para ello, basta con definir bien 2 o 3 atributos y repasar las matemáticas de la distribución de esfuerzos a la hora de captar la atención del cliente/elector. Menos es más, es decir:

3 x 3 = 1 y por el contrario 7 x 1 = 0

Es necesario que al elector le llegue nuestro mensaje un mínimo de tres veces y para ello, tendremos que dar menos mensajes distintos y repetirlos cada vez que podamos. El mensaje de Obama estaba estructurado precisamente en tres mensajes. Dos a favor de él mismo (Cambio y esperanza) y uno para desprestigiar al adversario (McCain = Bush).

Pero por mucho que repitamos los mensajes, la conexión con el que los recibe, sólo es posible a través de las emociones. La historia de los vídeos de campaña está llena de ejemplos en los que el objetivo principal es tocar la fibra del votante.

Ureña volvió a recordarnos la necesidad de adaptar el relato a los medios de comunicación y para ello nos recordó que a los medios de comunicación les gusta el conflicto, lo cercano, lo novedoso, el interés público, las imágenes,…

Así mismo, es conveniente utilizar el lenguaje de tu público y acercarse a él no sólo con las propuestas políticas. Además de estas prioridades que definen lo qué vas a hacer cuando salgas elegido o reelegido, no está de más aderezar el relato con el origen y la familia del candidato, la trayectoria profesional (siempre que venga a cuento), la formación, los logros en política, aficiones o los amigos que te apoyan.

Primarias del PSOE: Sondeocracia vs. democracia participativa

El proceso vivido en las primarias del PSOE para la Comunidad de Madrid, me ha animado a retocar y compartir este post no nato que hice a principios de marzo y que creo que puede venir a colación:

El PSOE acaba de vivir un proceso de elecciones primarias en varias circunscripciones electorales. Dado que no existe una tradición consolidada de celebración de las mismas y las experiencias anteriores han sido catalogadas poco menos que como desastrosas para el partido que las ha realizado, estos procesos todavía producen recelos sobre su conveniencia partidista.

Mal empezamos si tenemos miedo a las consecuencias de una confrontación democrática, pero la realidad es así. Los aparatos de los partidos -por otra parte muy necesarios- si están mal dirigidos, convierten el control de los acontecimientos políticos en su único objetivo. En estas circunstancias, la celebración de unas primarias debería de ser, aún más si cabe, un soplo de aire fresco en las caducas organizaciones políticas. Continue reading Primarias del PSOE: Sondeocracia vs. democracia participativa

Maddi izena

Maddi Mari da baina iparraldean erabilita. Hala dio Euskaltzaindiak, baina bestelako berezitasunik ere badauka, izan ere Euskaran dagoen ahozkera berezi hori erabiltzen du, zeina gazteleraz edota frantzesez oso zaila da ahozkatzea. d bikoitza edota dd.

Forvo delako portalean, euskaraz ere nola ahozkatzen den irakasten duten pare bat sarrera aurkituko duzue.

Dakizuen bezala, Maddi nire alaba kuttunaren izena da.

 

Eskerrik asko Galder

Hau bai opari ona